sábado, 13 de abril de 2013

"Mi Estado: Hola Familia", Micaela Soledad


Facebook tiene en este momento más de 500 millones de usuarios activos.  Se ha generado una obsesión por esta red social tan grande en la cual se publican estados de ánimo, cambios de números de teléfonos, cambio de relaciones, cambios, cambios y más cambios.  Se asocia a la otra gran red, que es Twitter  que está en ascenso constante con un registro de diez nuevos usuarios por segundo.
¿Cuál es la incógnita de este fenómeno? El uso de las redes incluye estados informando lugares donde nos encontramos y las cosas que hacemos. El verdadero problema, para los más jóvenes, es el ingreso de familiares a las grandes redes. Cómo hacer para que no juzguen o prejuzguen los estados.  Qué reacción tendrán frente a las publicaciones y cuáles serán las posibles represarías en el caso que no estén de acuerdo con algo que ven.
Muchos jóvenes optan por ignorar que padres y madres puedan ver lo que hacen. Otros simplemente no aceptan las solicitudes y permanecen por tiempo indefinido en “en otro momento”.  Algunos configuran sus cuentas para que las publicaciones no puedan ser vistas y otros los dejan con acceso restringido para evitar que se vean sus publicaciones en el inicio.
A quién nunca le subieron una foto bochornosa de esas que se notan todas las imperfecciones. O quién no escribió un estado dedicado a… y de repente saltó la notificación de mamá/papá diciendo algo.  Cuántas veces vieron un “me gusta” en una foto quebrando. O alguna vez recibir un mensaje o un llamado preguntando “¿Te paso algo?” porque subiste un pedacito de una canción.  Los estados, los tw, las fotos, los videos, todo eso que para los padres era desconocido, hoy es un arma de doble filo y puede ser usado en tu contra.

2 comentarios:

  1. Cuando acepté a mi vieja al face me perseguí un poco. Al tiempo me pregunté ¿Necesita mi vieja ver mi facebook para saber como estoy o si me puse en pedo el fin de semana? Yo pienso que no.
    En el caso contrario me perocuparia, claramente hay falta de comunicación en mi casa.

    Ima Subiela

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  2. Yo pensé lo mismo... pero no tuve opciones... era aceptarla... o comerme puteadas por mensajes...

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